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El activismo digital o ciberactivismo es una actividad que promueve la participación de las personas en entornos tecnológicos con diversos objetivos sociales o políticos. En la actualidad, la educación en línea cumple la función de fomentar en los estudiantes la adquisición de herramientas para practicarlo. Descubre qué es el activismo digital y su relación con la enseñanza virtual.

En la actualidad el mundo digital ha cambiado nuestras vidas, modificando y determinando nuestras formas de relacionarnos y comunicarnos. Internet se convierte en un espacio propio para que la ciudadanía se empodere y tome conciencia de su capacidad de influencia en la toma de decisiones. 

¿Qué es el activismo digital?

El ciberactivismo es el fenómeno cultural que promueve la participación política o social en medios digitales. Allí se organizan foros de discusión, se planifican acciones presenciales, se distribuye información para generar conciencia y se plantean temas para proponer soluciones, entre otras cosas. Es un fenómeno propio de la cibercultura, ya que es una forma de acción política y participación social mediada por el uso de la tecnología y la Internet.

El activismo digital te permite contactar con otras personas comprometidas con una causa, intercambiar información, participar de decisiones colectivas, influir sobre otros que están a miles de kilómetros. Además, posibilita ser proactivos y no solo receptores, dar voz, educar y movilizar a la sociedad.

El ciberactivismo involucra un conjunto de técnicas y tecnologías de la comunicación, basadas fundamentalmente en Internet y en la telefonía móvil. Los medios sociales como Twitter, Facebook, YouTube y las plataformas de correo electrónico y podcast sirven para diversas formas de activismo, pues posibilitan comunicaciones más rápidas dentro de los movimientos ciudadanos y permiten difundir información local a una audiencia global. 

La educación en línea y su rol en el ciberactivismo

El impacto de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) en la educación, sobre todo en la modalidad en línea, ha ido creciendo progresivamente, al punto que en la actualidad se ha generalizado como una tendencia global. Este aumento en el acceso a las TIC permite la participación de los estudiantes de programas virtuales en los entornos digitales. 

La mencionada creciente utilización de las TICs en educación puso a disposición de los estudiantes software de distribución libre, destinado a la creación de comunidades virtuales de aprendizaje en línea. Estas plataformas funcionan por medio de un servidor web, desde donde se administran las redes y comunidades virtuales para estos fines.

Es aquí donde la educación en línea cumple la función de promover en los estudiantes el desarrollo de herramientas digitales para practicar el ciberactivismo. Estudiar de manera virtual es una oportunidad que beneficia la participación en redes. El ciberactivismo, como toda actividad participativa activista organizada en la red, sirve para reflejar nuevos valores, así como temáticas políticas y culturales, con fines de reivindicación social.

Actualmente, la posibilidad de vincularse a través de entornos digitales genera una modificación en el modo de interrelación. En la educación en línea, los estudiantes, a diferencia del sistema presencial, comienzan a trabajar atendiendo más espontáneamente a la participación de los demás compañeros. 

En estas circunstancias, el docente funciona principalmente como orientador, al estilo de un facilitador, posibilitando y enriqueciendo la elaboración de contenidos. Se piensa entonces que, con el pasaje de la educación presencial a la modalidad en línea, se produce un nuevo paradigma en el intercambio entre docentes y estudiantes. Este cambio propone una disposición virtual regulada por el docente que promueve la experiencia de compartir, e intenta incentivar el sentido crítico y el deseo de investigar en la actividad formativa. Este es un escenario que prepara el terreno para la práctica del activismo virtual. 

La educación en línea se entiende entonces como una oportunidad de formación que no solo permite el desarrollo académico y profesional de los estudiantes, sino que también sirve para fomentar la adquisición de competencias, habilidades y herramientas para desempeñarse en entornos digitales, permitiendo de esta manera practicar el activismo digital. 

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